¿Qué se necesita para entender que estamos asesinando a nuestro planeta?
(Artículo de opinión)

Estamos rodeados de una innumerable variedad vegetativa y una biodiversidad de vida animal que cada vez se va empobreciendo y exterminando a pasos agigantados, y lo que es peor, a vista y paciencia de nuestra indiferencia.
Cada día son más las hectáreas deforestadas, lo que nos va demostrando a que punto puede llegar la inconciencia del hombre, que efectivamente no solo se empeña en destruir a los diversos hábitat y las innumerables vidas que la habitan, sino que en su ciego y necio egoísmo destructivo, no se percata de que le va quitando más años de existencia a nuestra propia especie.
Este tema, el de la deforestación, no es nuevo. Desde los tiempos antiguos, desde muchos siglos antes que el hombre hiciera su aparición en la historia, nuestra especie ya había comenzado a desertificar zonas para hacerse de la madera y su producción, para crear campos de cultivos, para comenzar a hacer pueblos; cegados siempre por esa necesidad egoísta que no nos hace pensar en el futuro devastador que se va tejiendo en el presente, a costa de nuestro egoísmo, muchas veces disfrazado de la palabra "necesidad".
Sin embargo, hoy en día, a pesar de que el tema de la explotación indiscriminada de nuestra selva, es muchas veces oído, y he de añadir "hasta el cansancio"; son muy pocas las entidades y personas que son integrantes de nuestra sociedad, que ponen interés en el asunto y tratan de buscar maneras para detener o aminorar en todo caso, el injustificado crimen que estos desertificadores acometen con nuestros propios recursos. Pero la mayoría, parece carecer de conciencia e interés por el asunto, y lejos de trabajar mancomunadamente, con el fin de lograr alguna solución inmediata o paulatina, en toda esta situación que cada vez se va tornando más agobiante, de trabajar en conjunto para dar el ejemplo de que en verdad queremos reforestar y cuidar nuestros recursos naturales; solo se cierran tozudamente, creyendo, que este problema se solucionará solo y que todo lo provocado hasta ahora, no traerá problemas catastróficos en el futuro. Muchos aún no comprenden, que esta problemática amenaza a nuestra raza; y es desde ahí, de donde debemos empezar a replantear nuestras interrogantes y conclusiones. Si no hacemos algo y pronto -pero en conjunto-, desaparecerá toda clase de vida animal y vegetal que nos rodea, y por ende, también lo haremos nosotros.
Es importante, recordar, que cuando se talan árboles indiscriminadamente, y se desaparecen bosques en el proceso, no solo se pierde la capacidad de renovar el oxígeno en la atmósfera, sino que también se reduce la fertilidad del suelo y se incrementa la erosión. Así como también el ecosistema y el clima, llegan a alterarse paulatinamente; siendo este último, el inicio de un problema irreversible. Los cambios que sufre un ecosistema al ser desertificado, iniciara diversas reacciones que, aunque no lo queramos, afectarán a la larga el normal equilibrio natural. Es sencillo, pero parece que a muchos les cuesta comprender aún, pues sus ambiciones son más importantes que la vida en sí.
A mi parecer, creo que se debería implantar una supervisión y un cuidado más riguroso en cuanto a este tema. No podemos esperar ayuda de un Gobierno, de una entidad o de alguna ONG, que lejos de ayudar o actuar, solo traspapelan y hunden bajo el ancho mar de la burocracia, el pedido de ayuda que nuestro ecosistema necesita. Es preferible que el pueblo mismo actúe, y empiece a organizarse en grupos, a reforestar las zonas que siguen siendo brutalmente esterilizadas y a dejar de contaminar el entorno, que no hace más que empeorar el problema.
Debemos dar el ejemplo. Es necesario que en la educación también exista una concientización del tema y que tanto colegios, universidades e institutos, complementen un curso que ahonde en el cuidado de la naturaleza y su reforestación, en la importancia de mantener el equilibrio natural y encontrar medidas para tratar de contrarrestar y evitar la contaminación ambiental. Es vital entender, que mientras más rápido actuemos y cuidemos nuestra ecología; más posibilidades tendremos de ganarle la batalla a nuestro propia autodestrucción, antes de que lleguemos a la delgada línea que nos separa inevitablemente, del desastroso momento en el que ya no podremos hacer nada más por nosotros mismos; más que esperar a que el hombre perezca a manos del propio apocalipsis que creó.
(Artículo de opinión)

Estamos rodeados de una innumerable variedad vegetativa y una biodiversidad de vida animal que cada vez se va empobreciendo y exterminando a pasos agigantados, y lo que es peor, a vista y paciencia de nuestra indiferencia.
Cada día son más las hectáreas deforestadas, lo que nos va demostrando a que punto puede llegar la inconciencia del hombre, que efectivamente no solo se empeña en destruir a los diversos hábitat y las innumerables vidas que la habitan, sino que en su ciego y necio egoísmo destructivo, no se percata de que le va quitando más años de existencia a nuestra propia especie.
Este tema, el de la deforestación, no es nuevo. Desde los tiempos antiguos, desde muchos siglos antes que el hombre hiciera su aparición en la historia, nuestra especie ya había comenzado a desertificar zonas para hacerse de la madera y su producción, para crear campos de cultivos, para comenzar a hacer pueblos; cegados siempre por esa necesidad egoísta que no nos hace pensar en el futuro devastador que se va tejiendo en el presente, a costa de nuestro egoísmo, muchas veces disfrazado de la palabra "necesidad".
Sin embargo, hoy en día, a pesar de que el tema de la explotación indiscriminada de nuestra selva, es muchas veces oído, y he de añadir "hasta el cansancio"; son muy pocas las entidades y personas que son integrantes de nuestra sociedad, que ponen interés en el asunto y tratan de buscar maneras para detener o aminorar en todo caso, el injustificado crimen que estos desertificadores acometen con nuestros propios recursos. Pero la mayoría, parece carecer de conciencia e interés por el asunto, y lejos de trabajar mancomunadamente, con el fin de lograr alguna solución inmediata o paulatina, en toda esta situación que cada vez se va tornando más agobiante, de trabajar en conjunto para dar el ejemplo de que en verdad queremos reforestar y cuidar nuestros recursos naturales; solo se cierran tozudamente, creyendo, que este problema se solucionará solo y que todo lo provocado hasta ahora, no traerá problemas catastróficos en el futuro. Muchos aún no comprenden, que esta problemática amenaza a nuestra raza; y es desde ahí, de donde debemos empezar a replantear nuestras interrogantes y conclusiones. Si no hacemos algo y pronto -pero en conjunto-, desaparecerá toda clase de vida animal y vegetal que nos rodea, y por ende, también lo haremos nosotros.
Es importante, recordar, que cuando se talan árboles indiscriminadamente, y se desaparecen bosques en el proceso, no solo se pierde la capacidad de renovar el oxígeno en la atmósfera, sino que también se reduce la fertilidad del suelo y se incrementa la erosión. Así como también el ecosistema y el clima, llegan a alterarse paulatinamente; siendo este último, el inicio de un problema irreversible. Los cambios que sufre un ecosistema al ser desertificado, iniciara diversas reacciones que, aunque no lo queramos, afectarán a la larga el normal equilibrio natural. Es sencillo, pero parece que a muchos les cuesta comprender aún, pues sus ambiciones son más importantes que la vida en sí.
A mi parecer, creo que se debería implantar una supervisión y un cuidado más riguroso en cuanto a este tema. No podemos esperar ayuda de un Gobierno, de una entidad o de alguna ONG, que lejos de ayudar o actuar, solo traspapelan y hunden bajo el ancho mar de la burocracia, el pedido de ayuda que nuestro ecosistema necesita. Es preferible que el pueblo mismo actúe, y empiece a organizarse en grupos, a reforestar las zonas que siguen siendo brutalmente esterilizadas y a dejar de contaminar el entorno, que no hace más que empeorar el problema.
Debemos dar el ejemplo. Es necesario que en la educación también exista una concientización del tema y que tanto colegios, universidades e institutos, complementen un curso que ahonde en el cuidado de la naturaleza y su reforestación, en la importancia de mantener el equilibrio natural y encontrar medidas para tratar de contrarrestar y evitar la contaminación ambiental. Es vital entender, que mientras más rápido actuemos y cuidemos nuestra ecología; más posibilidades tendremos de ganarle la batalla a nuestro propia autodestrucción, antes de que lleguemos a la delgada línea que nos separa inevitablemente, del desastroso momento en el que ya no podremos hacer nada más por nosotros mismos; más que esperar a que el hombre perezca a manos del propio apocalipsis que creó.
Fernando Vicuña Aranda
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